Mírame
muerte, arropada en tus brazos
mientras
se cierran mis ventanas de luz,
y al
fin llegar a tu paz.
Mírame...
y no te olvides de este encuentro.
Llévame
aferrada a tu manto
prendida
sobre cada gota de lluvia.
Viérteme
en cada rayo de sol.
Procura
contarle de mi, al siguiente.
Sumergida
en los hielos eternos de Alaska
como
una frágil escultura, retando al tiempo
llórame
en cada momento triste.
Siembra
una cruz con mi nombre, sobre reposos santos.
Quema
mi nombre en el rojo del atardecer
o
vierte mi cuerpo en el rocío de la mañana.
Peca
por mi cada pecado mortal
condéname
al infierno, por las más crueles intenciones.
Rézame
y conviérteme en bloque de piedra,
En
resina o yeso de cualquier casa de dios.
Llévame
como una molestia o
¡júzgame
como al peor de los delincuentes!...
Pero
grábame en los recuerdos
clavada
en las memorias.
Merecedora
del odio, la tristeza o el amor...
¡¡¡Porque
no quiero ser una simple vida sin sentido!!!
Nancy BlueAngl