Bajo un cristal delgado y fuerte te miro,
la barrera de lo imposible que nos separa.
Tan pequeño, insignificante, tan parte del mundo.
Sin embargo, representas el mundo que respiro y el camino que ando.
Llegas y riñes un rato,
mientras me voy enamorando mas de ti.
mientras me voy enamorando mas de ti.
Te vas y escapas de mis manos, sin saber
que desean ser tu almohada.
Menuda travesía estoy intentando.
Luchando en la lluvia vaporosa de mis lágrimas.
Sobreviviendo a la dosis de adrenalina de mi corazón.
Eres simplemente, una experiencia de momentos cortos.
Bajo la neblina de la noche que envuelve tu frágil figura,
se transforman en una mañana de primavera,
esos, nuestros encuentros de milésimas.
Te conviertes en la constante de mis días.
Ya no sonrío, pero eres la causa de mi alegría,
ya no sé ni en que día vivo, pues mi tiempo eres tú...
Ya no cuento los pasos o la distancia
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